ANTECEDENTES
Ante todo, me gustaría decir que es el título de un libro del profesor Zacharias Tanee Fomum, líder del equipo fundador de ZTF Ministries y sus redes de Iglesias CMFI, sus siglas en inglés (Comunidad Cristiana Misionera International). También hace parte de las disciplinas que se enseñan en la formación de discípulos dentro de este movimiento en lo que se llaman “los 16 elementos básicos de la vida cristiana”, se los dejaré más abajo. Se profundizan estos elementos en las dos principales instituciones formadoras de este movimiento: La Universidad Mundial de Oración y Ayuno (UMOA) y la Escuela del Conocimiento y del Servicio de Dios (ECSD). Ahora quiero compartirles mi experiencia personal con esta disciplina y la razón por la cual he decidido compartirla con el mundo, pero ¿qué es un Encuentro Dinámico con Dios?
DEFINICIÓN
Entendemos por Encuentro con Dios al momento que el discípulo del Señor Jesús, alguien que Le ama y quiere ser como Él, estudia la Palabra de Dios en comunión con el Espíritu Santo para aplicación de las verdades que el Señor le mostrará en su vida. Creemos que lo que el Señor dio como directiva a Josué en Josué 1: 8 es para todos los creyentes y que es el método para ser y permanecer discípulo como el Señor lo indicó en Juan 15. En la vida cristiana, el discipulado al Señor depende de manera definitoria de la relación del creyente con la Palabra de Dios. El Salmista lo había entendido así y practicado siglos antes como se refleja en su relación con la Palabra en Salmos 119, por esto creemos que cada creyente debería de tener este tiempo. Sabiendo que es una disciplina y decir disciplina es decir hábitos y decir hábitos es decir desafíos; he decido hacer entrar a los hermanos en la experiencia de un Encuentro Dinámico con Dios desde mi práctica personal y así multiplicar el Conocimiento de Dios en medio de Su Pueblo. Esto, es el Camino de una Vida de Victoria Perpetua.
Me gusta que me digan hermano Pablo. Mi nombre completo es Paul Brahim ABAKAR, nacido Brahim Abakar. Soy de origen camerunés de una tribu arabo-islámica en el norte de Camerún. El Señor me sacó del Islam cuando tenía 17 años y luego se me reveló claramente y llamó en Su Camino cuando tenía 18 años. En ese entonces ya era discipulador en el Islam, y la verdad es que las tribus arabo-islámicas son en general grupo organizados alrededor de un discipulado que se comunica de generación en generación. Con este transfondo, recibí muy bien lo que pasaba en el ministerio del hermano Zach por dos razones: había una escuela clara de discipulado y una meta grande como la conquista del mundo para Cristo. Recuerdo todavía con mucho gozo y satisfacción el día que la hermana Anne Clarisse Ngo’Djob me presentó un programa de formación como discípulo de Cristo Jesús. Y mi felicidad y sentido de haber llegado a lo que anhelaba y buscaba se asentó más. Y es que ella me enseñó a hablar y a escuchar el Amado de mi alma, mi Padre, mi Dios, mi Creador y es tan real. Además, el despojarse de uno mismo, la posibilidad de contemplar la Luz Verdadera, la Verdad y clamar por ella y recibirla. El hecho de recibir instrucción de Tu Creador, no adivinar, no suponer, no sacar cálculos observando constelaciones o trucos de la numerología sino caminar con el mismísimo Dios, el Dios verdadero; wow, es algo único y no me atrevo guardarlo para mí.
Pero hay una segunda razón por la cual he decidido compartirlo con el mundo. Saben, para mí era obvio la necesidad urgente de leer la Palabra de Dios, o sea la Biblia, y dedicarle tiempo para aprender de los principios de Jesús. Era obvio porque salía de una escuela, salía del Islam, y no era un musulmán común y corriente. Pero me he dado cuenta de algo: las personas que se convierten a Cristo desde el mundo occidental no consideran o sienten la misma urgencia. Muchos creen que ya conocen a Dios y Sus principios de vida y que ahora sólo deben orientar su voluntad a obedecer estos principios que conocían y que resumen en general en el concepto “ser bueno”. La verdad es que no es así. Aunque no fuesen musulmanes o pertenecientes a una escuela bien denominada y definida como el Islam, Hinduismo, Budismo, Masones; igual provienen de una escuela aún más grande y compleja que se llama: el mundo. Todos nosotros estábamos al menos en esta escuela según describe el apóstol Pablo aquí:
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás (Efesios 2: 1-3). Todos debemos pasar este proceso: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12:2), esto es lo que creo y deseo para cada uno de nosotros. Los Encuentros Dinámicos Diarios con Dios han sido una herramienta pilar que Dios ha usado para este proceso en mi vida y quiero compartirla con todos. El Señor Jesús dijo: y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Juan 8:32), además escrito está: Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos (Oseas 4: 6). Termino con estos dos pasajes, de mis favoritos en cuanto a la importancia de meditar la Palabra en el proceso de discipulado de un individuo, y añadiré la clave que el Señor Dios entregó para el discipulado de toda una nación, el pueblo de Israel. Te dejo con los versículos bíblicos y que el Espíritu Santo te siga hablando al respecto. Un abrazo.
Salmo 119:9
¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
Esdras 7:10
Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.
Deuteronomio 6:4-9
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
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